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Una experiencia de aplicación de tecnología y neurociencias en la Asignatura Religión / Catequesis

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  ·       Descripción de una experiencia de aprendizaje Apartados y contenidos: •             Nombre de la actividad . Yo soy mi familia… •             Edad – ciclo a quién va dirigida. 13/14 años – 2 año de secundaria •             Objetivos . Que el alumno logre: - Reconocer fortalezas y debilidades en su familia - Valorar la gracia del sacramento del Matrimonio como una ayuda sobrenatural para la unidad familiar en la adversidad - Sintetizar los conceptos esenciales del sacramento del Matrimonio, y expresarlos de forma creativa con su propio lenguaje ·          Duración – Secuenciación . - En casa. Cuatro actividades en el aula virtual y una red social a elección de los estudiantes. - Cuatro clases (cada una tiene 2 horas de 40 minutos) •                     Materiales . Computadoras, impresión de una infografía, celulares, para tomar nota, aula virtual. •             Desarrollo de la actividad - En casa 1 : Entran al aula virtual donde ven un vídeo y responden: Para iniciar este

10. La Pasión y muerte de Cristo dan sentido al dolor

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José Luis Martín Descalzo (1931-1991), en su libro: “Vida y misterio de Jesús de Nazaret”, parece ser el que mejor da sentido al dolor, desde la fe y el sufrimiento del propio Cristo en su Pasión. Te invito a reflexionar algunas de sus ideas: La pasión de Cristo no es, como suele pensarse, una subida heroica al monte del dolor, y Cristo un titán asombroso que carga sobre sus hombros el peso del llanto, sino una caída, un derrumbamiento un agachar la cabeza y penetrar por el pestilente túnel de la angustia, del desamparo y de la muerte. Por eso, sólo de rodillas y temblando, puede uno acercarse a ella. ¿Cómo entendería algo quien la leyera, sin saber que se juega su vida personal en cada uno de los escalones? Muchas páginas de la vida de Jesús pueden entenderse sin fe: basta la honradez humana para sentirse cerca de su magisterio. Pero aquí no. Aquí no basta el corazón humano. Menos aún el sentimentalismo. Con ellos, se podría, cuando más, seguir su rastro de dolor, pero no enten

9. Si Dios es bueno, ¿por qué sufre gente inocente?

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El problema del mal Todos alguna vez nos hicimos la pregunta: Si Dios es bueno, ¿por qué sufre gente inocente?  En realidad, es un cuestionamiento que ha acompañado al ser humano a lo largo de su existencia, y cada tanto resuena en su interior, según las experiencias que le toque vivir. Vemos algunos autores, (hay muchos más), que trataron de encontrar una respuesta para esta inquietud. San Agustín (354 – 430): el mal no tiene ser propio. La raíz de esta respuesta es de fe: porque el ser de todas las criaturas tiene su origen en Dios, es bueno. De ahí que el mal no tenga ser. El mal es contra la naturaleza, porque toda naturaleza, en cuanto tal es buena. El mal es una caída de la esencia, un caerse de la propia naturaleza, de la propia medida, del tipo de ser que a una criatura le corresponde; un salirse del orden.  Así, el mal es una tendencia del no ser, es carencia, corrupción o privación de un bien.  Desde aquí que san Agustín da una respuesta teológica a

8. Cuando experimentas la muerte de un ser querido…

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La  muerte como experiencia   La muerte de alguien querido es una experiencia dolorosa para quienes seguimos vivos. Es lo que se conoce como duelo. Es normal que nos produzca una crisis traumática con toda la angustia, incertidumbre y conmoción asociadas a toda crisis fuerte. Sin embargo, hay actitudes que dificultan elaborar adecuadamente la pérdida de un ser querido, como:    La inhibición de expresiones de dolor. “vivir para adentro” la pena destruye la relación con los otros y no permite re-elaborar el afecto con quien ya ha fallecido.    Negarse a aceptar la pérdida. aferrarse a los recuerdos con el difunto, ver el presente desde ellos, dificulta el contacto con la realidad, alejándonos de la sana y necesaria búsqueda de nuestro propio sentido de existir. En cambio, hay actitudes que ayudan a vivir y madurar en la pérdida de los seres queridos, estas son realmente un proceso natural por el cual se elabora sanamente el duelo.    Vivir la experiencia d

7. Dolor... sufrimiento... ¿tienen sentido?

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Reflexión.   1-      Recuerda una experiencia fuerte de dolor que te haya tocado vivir: ¿cómo viviste el momento más agudo? ¿qué sentimientos experimentabas? ¿qué pensabas? ¿cómo reaccionabas? 2-      ¿Qué sentido puede tener el dolor? ¿qué aporta a nuestra vida? 3-      ¿Qué aspectos nos parecen poco sanos, o que dificultan la superación del dolor por la muerte de un ser querido? 4-      Copia las frases que más resonancia tienen en ti del documento y pregúntate por qué te llegan más. El dolor.   En cada etapa de nuestra vida hemos vivido crisis, momentos de desconcierto por tener que asumir nuevas realidades vitales, que nos obligan a proyectarnos al futuro con una nueva definición de nosotros mismos y de nuestro entorno. Estas crisis evolutivas , generan confusión, dudas temores. Es parte del proceso natural para madurar. Pero también hay otro tipo de crisis: los cambios imprevistos, las experiencias inesperadas que interrumpen lo inesperado de la vida.

6. Madurar para ser una persona plena

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                Podríamos decir que la persona humana tiene varios niveles: * Bilógico o físico : requiere alimentación, higiene y cuidado para tener salud. Compartimos este nivel con los animales. Pero no seríamos plenamente humanos si nos quedáramos sólo aquí… * Psicológico, intelectual : por el cual somos conscientes de nuestra existencia y establecemos relaciones sociales. * Espiritual, trascendente : vamos más allá de nosotros mismos y de nuestros pensamientos. Los que tenemos fe, pensamos que, gracias a esta dimensión, podemos vivir para toda la eternidad. Este nivel requiere de cultivo permanente para desarrollarse y enriquecerse. Es decir. Vivir su fe, cualquiera que sea.                 Hay personas que tristemente se quedan en el primer o segundo nivel de su existencia, sin llegar al tercero. ¡Lo cual es una pena!                 Otros muchos pasan su existencia creyendo que no viven su fe. Simplemente porque van poco a su Iglesia o rezan poco. Se